jueves, 3 de septiembre de 2015

Y de lo importante te olvidás.

Y de repente te encontrás inmerso en esta sociedad repleta de consumo, de distracciones y tentaciones.
Y de repente te vas olvidando de lo importante.
Todo está sobrevalorado, sobredimensionado. Todo es terrible y catastrófico.
Y en esa ola te montás y a ella te subís. En ese lugar que te agobia y te consume, que te aleja de lo verdadero y el tiempo sigue pasando y la vida sigue girando.
Y mientras la vida gira y la rutina te destruye… vos te seguís olvidando lo importante.
Realidad que te oprime y que te lleva a un lugar en el que no tenés que estar.  
Los medios te confunden y te llenan de falsas informaciones todas viciadas por un interés político triste y decepcionante que va más allá de vos y de mí, de ese interés por informar.
Ellos hacen sus negocios y a vos te usan, te enredan. Vos quedás enganchado, amargado y deprimido mientras ellos se toman un buen champagne felices por la labor cumplida.
Y mientras tanto te olvidás de lo importante.
Hace mucho tiempo que no tenés tiempo para reflexionar, para pararte a pensar.
Y a los demás te enfrentás y con ellos te peleás sin terminar de entender que mientras vos de alguien te alejás… ellos se siguen ocultando detrás.
Ellos pronto felices vivirán y de aquí se alejarán. Protegidos estarán y vos desamparado quedarás.
Y mientras tanto de lo importante te olvidás.
Vos más te alejás y ellos más “divide y reinarás”.
Sin darte cuenta de nada te convertís en una pieza más de este oscuro juego que te puede acabar.
Hace rato que no sabés lo que querés, hace rato que no tratás de conseguir aquello que deseás. Rendido y perdido estás.
De tu esencia más te alejás.
Y de lo importante te olvidás.
¿Cuánto tiempo más vas a esperar?
¿Cuándo te vas a volver a preguntar si esto es lo que deseás?
¿Qué más tiene que pasar para que de lo importante te empieces a ocupar?

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